El día 20 de febrero se cumplieron dos años desde que se celebrara el referéndum sobre la fusión Don Benito y Villanueva de la Serena. Aquel día los vecinos de Villanueva de la Serena manifestaron de forma más que mayoritaria, yo diría que casi de forma unánime con más de un 90% de votos a favor, su voluntad para que el proceso iniciado apenas seis meses antes culminara de forma positiva para la fusión de ambos municipios, mientras que nuestros vecinos apenas superaron el listón que se puso para aceptar la fusión por unas décimas.
Después ya sabemos lo que ocurrió en el mes de mayo del año 2023, donde unas elecciones municipales en la ciudad de Don Benito se celebraron como si fueran una segunda vuelta de aquello que ocurrió aquel 20 de febrero, dando como resultado que los partidarios del NO a la fusión obtuvieron un resultado que por cierto nadie esperaba, rompiendo la mayoría absoluta que durante dos legislaturas había obtenido el PSOE y obligando a la fuerzas políticas locales a lograr pactos para poder gobernar en Don Benito.
Así las cosas en Don Benito hoy gobierna una fuerza política que defiende el No a la fusión, SIEMPRE DON BENITO, si bien lo hace con otra que nunca se opuso a la fusión, PARTIDO POPULAR, pero que tampoco estuvo de acuerdo en la forma en que se desarrolló el proceso y en alguna de las decisiones que se adoptaron como la que afectaba al nombre de la futura ciudad y que aboga por la celebración de una nueva consulta que ratifique o anule el resultado de la celebrada el día 20 de febrero pero que esté acompañada con más información y mucha más rigurosidad en su ejecución que la entonces celebrada.
Es evidente que en Villanueva de la Serena no ha existido, ni existe, ningún grupo que se haya levantado contra aquella iniciativa que se tomó no sabemos la fecha exacta, “sentados con un café en una mesa camilla” según han manifestados los alcaldes promotores de esta fusión, como si ocurrió en Don Benito apenas desde el comienzo de la tramitación de esta iniciativa.
No es que sea esta, a mi juicio, la mejor forma de promover y acordar un proceso de la transcendencia que tendría este de llegar a buen puerto. Dos personas, por muy alcaldes con mayoría absoluta que tengan, no pueden ponerse ellos, insisto según su versión, “sentados con un café en una mesa camilla” a decidir el futuro de dos poblaciones de la entidad de Villanueva de la Serena y Don Benito sin contar con nadie más y con apenas unos informes de la UEX que decían lo que todos podríamos intuir: que la fusión es buena para el conjunto de los ciudadanos en términos económicos.
Unas mayorías absolutas que hacían que el resto de fuerzas políticas presentes en las corporaciones locales apenas fueran unas meras comparsas de cuanto decidían los Alcaldes y sus equipos (o ellos solos nunca lo sabremos). Plazos, procedimientos, papeletas, actos, todo se decidió de forma exclusiva por el partido socialista y los demás fuimos meras comparsas.
Aun así todos teníamos la sensación, el palpito, de que era buena idea que ambas poblaciones se unieran, yo diría por fin, después de años en las que, una a espalda de la otra, se miraban de reojo porque sabían también que la una sin la otra o mejor que la una con la otra tendrían muchas más posibilidades que las que ahora tenían por separado.
Una sensación que especialmente se vivía en Villanueva de la Serena, cuyo estancamiento social y económico es más que evidente y donde apenas existen industrias ni hay expectativas de que puedan llegar en un futuro, frente al importante desarrollo industrial de Don Benito que con sus polígonos industriales se ha situado como motor económico de todas las vegas altas del Guadiana. La unión, sin duda, haría crecer el nivel económico y de desarrollo de Villanueva de la Serena enganchada a la locomotora que sería Don Benito.
Fueron muchas las ilusiones que se vertieron en aquel proceso que estuvo lleno de ilusión y en el que algunos nos volcamos, me refiero a quienes formamos parte del Partido Popular de Villanueva de la Serena, y participamos en todos y cada uno de los actos que se realizaron para conseguir el apoyo de los ciudadanos. Lo hicimos porque pensamos que era lo mejor que podía pasarnos a los vecinos de ambas ciudades y especialmente a los vecinos de Villanueva de la Serena. Estábamos convencidos de ello y eso quiero dejarlo bien claro, seguimos estando en la posición favorable a la fusión.
Es verdad que hubo cosas que se debieron hacer de otra manera e incluso algunas no debieron hacerse. Ahora, cuando el tiempo todo lo sienta y lo deja en su sitio, es buen momento para reflexionar sobre aquellos días y todo lo acontecido entonces. Y lo es también para pensar en cómo deberá plantearse este reto de la Fusión, del que no podemos apartarnos si queremos ganar el futuro para nuestras generaciones venideras.
Por Manuel Lozano Martínez (portavoz del Partido Popular en Villanueva de la Serena)
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