BIENVENIDOS
Me decía un viejo conocido hace poco, jefe, que el problema con la basura es que no sabe que es basura. Está ahí, en el contenedor, y habla fluida y amistosamente con todo tipo de despojos o desechos que revolotean a su alrededor, que vienen y van, van y vienen, hediendo. Todas estas cochambres y desperdicios, arrejuntados al calor del depósito de mierda, también llamado líder, se alimentan de estos propios residuos y participan de sus fiestas; tristes y negras juergas, con resaca de mal sabor de boca y aliento a perros.
Ignoran que hay otra vida fuera de la basura, al margen de los líderes cochambrosos, y lo hacen porque se está muy bien ahí, al calor, sin conciencia, sin remordimientos, sin pruritos, sin moral y sin pudor. Desconocen también que el dios menor que otorga ciertas riquezas logradas a través de la peor política, es ciego y es manco, pero hábil y fullero con las arteras trampas. Dios con minúsculas que al fin te pedirá tu alma, basura; nadie sabe con qué fin, salvo el de trasplantarla, que tiene que seguir habiendo cochambre siempre.
Quizás podríamos quitar de aquí, del facebuque, a los críticos de perfiles falsos -y hasta a los defensores-, pero sería en vano, porque éstos volverían con otra máscara. Además, quienes nos critican desde las sombras, hasta el insulto, nos justifican e identifican. Por sus enemigos los conoceréis, dijo el bardo, remedando a Mateo en el bíblico, “por sus frutos los conoceréis”. También está aquello de que ‘no ofende quien quiere sino quien puede’, que dijo Ulpiano, quien solía escribir ‘verdades como pianos’.
Con lo que, aquí estamos nosotros y aquí también están ‘los otros’; pasen, vean y lean, amigos.
No somos cazarrecompensas, jefe, ni de éste ni de ningún partido o gobierno; ya lo verán quienes quieran verlo. Pero sí reconocemos fácilmente a quienes lo son, y está bien; el de cazarrecompensas es un oficio como cualquier otro, boss, que realizan especialmente bien ciertos renegados. Los tipos van cabalgando por allí buscando tomar como rehén ‘vivo o muerto’ a quien deciden sus jefes corruptos, encriptados en las sombras de sus castillos de catacumbas repletos de enemigos, presos sin proceso. No hay razones, sólo órdenes. Y recompensas.
Así que no tenemos más que decir que, gracias a quienes nos alientan a seguir, con su aprobación y sus ‘me gusta’. Pero gracias infinitas y abrazos apretados hasta la asfixia a quienes nos critican e insultan, de corazón; y también besos, mil besos, cabrones.
Buenas tardes.
Carlos Lamas
Agosto de 2023
Sin comentario